Ntra. Sra. de los Dolores
Al igual que la Imagen de Nuestro Padre Jesús, Nuestra Señora de los Dolores carece también de documentación alguna que acredite su autoría. Afortunadamente, recientes estudios confirman la misma tras la comparativa de otras dolorosas, desembocando estos análisis en su atribución al imaginero Diego Roldán Serrallonga, cuyos trabajos se desarrollaron principalmente en torno al segundo y tercer cuarto del S. XVIII.
Imágen de candelero, de brazos articulados, nos muestra su rostro con forma ovalada. Sus cejas son finas, formando el entrecejo un perfecto triángulo y que conjugan armónicamente con su nariz recta y afilada, con fosas nasales redondeadas y muy pequeñas. Sus labios son finos y dientes tallados en nácar. Ojos de cristal. Al igual que en el resto de dolorosas realizadas por el escultor, su máximo sello identificativo lo encontramos en sus manos, donde la hechura de las mismas se repite en cada una de sus dolorosas. Policromía anacarada y muy pulida. Posee espada en plata de ley a modo de daga y corona cincelada en el mismo material del siglo XVIII.