Ntro. Padre Jesús Nazareno
Lamentablemente, no se conserva documentación alguna que acredite la autoría de la hechura de la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, tan solo la fecha en la que la Hermandad es fundada según recoge el Testamento de Toribio García, primer Hermano Mayor y fundador de la misma en 1.640 y en el que se recoge en fecha de 21 de febrero de 1.670, ante el escribano público Juan Delgado Farfán: “... Quiero y es mi voluntad que las dichas casas las haya y lleve la Cofradía de Nuestro Padre JesuCristo Nazareno, de quien he sido muy devoto y Hermano Mayor desde el año de seiscientos y cuarenta, que se fundó e instituyó a mi diligencia “.
En la actualidad, se está realizando un estudio al objeto de tratar de conocer el mismo o círculo, motivo por el cual emplazamos este apartado para fechas posteriores en las que informaremos de los análisis obtenidos.
Sin duda, es, junto a Nuestra Señora de los Dolores, la mayor joya que venera la Hermandad. Localizada en la Capilla a la que da nombre, “ Capilla de Jesús “, La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno es una escultura realizada en madera policromada para vestir y brazos articulados, gracias a lo cual permite poder abrazar a la Cruz o permanecer con las manos atadas, ya sea en su exposición en Besamanos, ya sea para su Traslado al paso procesional en la noche del Sábado de Pasión. Destaca en el Él su belleza formal, así como su enorme expresión de sufrimiento. En palabras de Fray Pedro Mariscal “ …...y muy al natural “. Su cuerpo, de dimensiones superiores a la media, recae sobre su pie izquierdo, mostrándonos una corta zancada que intuye un desplome del Mismo en su caminar. Porta en su paso procesional una Cruz de madera, dorada y con simulaciones de carey. En su camerín, Cruz arbórea. La corona de espinas y potencias están realizadas en plata de ley del siglo XVII. Afortunadamente, las intervenciones sobre la Imagen han sido de carácter preventivo, nunca con carácter desacertado y acatando la normativa en el respeto a la propia integridad de la obra.
Su prodigiosa hechura y belleza, ha marcado en nuestra localidad la profusa devoción que todo el pueblo de Bornos le tiene, desprendiendo un fuerte carácter reflexivo y que conduce a la oración.