Cabildo Celebrado el 3 de Agosto de 1825
CABILDO:
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En la villa de Bornos, en la tarde de este día tres de agosto de mil ochocientos veinte y cinco, habiendo precedido la venia del Sr. Vicario de esta parroquia, fueron citados los hermanos de la Hermandad de Jesús para tratar asuntos pertenecientes a la misma, en cuya virtud fueron reunidos el Sr. don José Suárez Millán, Vicario y cura más antiguo, Presidente, don Juan Sevillano Rodríguez y don Lucas González, Hermanos mayores, don Juan Rafael Ortega, Mayordomo, don José Labrador, Presbítero, don Francisco Heredia Martel, don Domingo Sevillano, don José González, don Francisco González San Martín, don Francisco de Paula Heredia, don Juan Contreras, don José Tomás Barra, don Cristóbal de Heredia Zurita, don Juan de Heredia Zarco, don José Aldana y don Francisco Diego Fernández de Liencres, que componen la mayor parte de la Hermandad, y estando en la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno por el Sr. Presidente se hizo la oración de costumbre y evacuada se expuso lo siguiente:
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"El Hermano Mayor Don Juan Sevillano manifestó que hacía muchos años que tenía premeditado manifestar a la Hermandad ser indispensable proporcionar hacer una obra en la capilla, anchándola y hermoseándola y ponerla en el mismo plan en que se halla la de San Laureano, que se halla bajo una misma nave, pues ésta tiene más anchura que la de Jesús, con motivo de que según se da a entender un callejoncito que hay entre las paredes de la capilla y la cilla granero del Excmo. Sr. Duque de Medinaceli, para el recogimiento de las aguas, fue concedido el pedazo que ocupaba a la capilla de San Laureano, y por consiguiente, fue introducida en ella, estando arrimados los altares a la pared de dicha cilla, causa por la que se encuentra un martillo en la capilla de Jesús, como de una vara más angosta, en términos que la afea y quita la luz al altar de Nuestro Padre Jesús, cuya causa es la parte de callejoncito que aún existe entre la capilla y la cilla granero de S.E., mediante lo cual hacía presente a la Hermandad se representare a S.E. por la misma manifestándole la utilidad que se le seguía a la capilla en que se le concediese permiso para introducir dicho callejón en ella y que los altares se arrimasen a la pared de la cilla, mediante a que no recibía ningún perjuicio el edificio, así como lo están el de San Laureano y San Juan, y que para seguridad de los edificios se costeara una canal maestre fuerte y sólida, que nunca padezca humedad, y por este medio se quita también la que sufre la capilla y el destrozo que hacen los ratones, que se creían en dicho callejón, en los vestidos de las imágenes, pues rompen por él y se introducen en los nichos, y que, conseguida dicha licencia, estaba pronto a costear la obra de vaciar la pared y demás que sea necesario a sus expensas, por la mucha devoción que tiene a Nuestro Padre Jesús, y que, en el caso de concederse por S.E. dicho permiso, pedía licencia para empezar la obra a dicho Sr. Vicario y a la Hermandad; la que habiendo oído lo expuesto manifestó, de común acuerdo, el darle gracias a dicho Hermano mayor por su generosidad en costear la dicha y que para que tenga efecto va a hacer la Hermandad la debida representación a S.E. para que se digne conceder el permiso de que aquel pedazo de callejoncillo se introduzca en la capilla y se arrimen los altares a la pared de la cilla, echando la canal maestra que sea suficiente a que los edificios no padezcan, así como están los de San Laureano y San Juan, de cuyas resultas se le dará aviso para que pueda determinar, y el Sr. Vicario, viendo ser muy loable la propuesta de don Juan Sevillano y el bien que le resultará a la capilla, si S.E. concede el permiso, desde luego manifestó que por su parte, como cura de la parroquia, no se le ofrecía reparo en que emprendiese la obra en los términos propuestos".
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Con lo que se concluyó este acuerdo, que firman los hermanos concurrentes, de que yo el secretario certifico. José Suárez Millán, Juan Sevillano, Lucas González, Juan Rafael Ortega, Domingo Sevillano José Labrador, Juan Contreras, José Aldana, Francisco Heredia, José María González, Francisco de Paula Heredia y Martel-Altaminaro, Cristóbal de Heredia Zurita (sic), José Tomás Barra, Francisco María González, Juan Heredia y Zarco, Francisco Diego Fernández de Liencres, secretario.
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No sabemos lo que pasó durante los dos años y medio siguientes; hasta el 7 de marzo de 1828 no concedió el permiso el Duque de Alcalá y, aunque en este mismo mes fue comunicado a la Hermandad, ésta no se reunió hasta el 3 de mayo siguiente, tomando varios acuerdos relacionados con la obra de la capilla.